Guía rápida del Más Allá
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Ha sido escrito en un lenguaje simple y fácil de comprender sin dejar de lado los datos de mayor relevancia.
Contiene la principal información dada por académicos (profesionales de la salud tales como médicos y psicólogos), testigos y personas del ámbito paranormal (médiums).
La intención del autor es brindar una fuente de rápida lectura y asimilación, sin bases religiosas ni doctrinas de ningún tipo, que sirva como un inicio para ahondar en el tema.
(toca cada parte y disfrútala)
Las fuentes
¿Qué nos espera luego de morir? Esa es probablemente la pregunta más importante que deberíamos formularnos en la vida, pero ¿por qué lo sería?... Pues simplemente, porque de su respuesta tendría que depender la manera en la que vivamos y todo lo que realicemos en esta existencia terrenal.
Al terminar esta obra se verá claramente como el auténtico motivo de la vida tiene su razón de ser en esa misma pregunta...
Cuando se investiga y se adentra tras el velo de la muerte, a la cual sería mas adecuado llamar pasaje o trascendencia, uno se encuentra con que la experiencia que se denomina vida se halla muy subordinada a los designios del plano existencial conocido como: Más Allá.
Ahora bien, con el muy pobre (o mejor dicho, prácticamente nulo) avance tecnológico que hay en la temática, ¿cómo sería factible el obtener información adecuada de lo referente a ese otro plano?
Las opciones con las que se cuenta en la actualidad para saber lo que ocurre con las conciencias (a las que es preferible denominar almas) luego de morir son básicamente dos:
1) ECMs (experiencias cercanas a la muerte): se tratan de situaciones, en general lúcidas, testimoniadas por personas que han estado a punto de morir o que han pasado por una muerte clínica y luego han sobrevivido.
Durante ellas el alma del individuo abandona de manera momentánea el cuerpo físico y al regresar lo hace con una serie de datos que ha adquirido en el Más Allá.
Esta es la fuente de información más antigua de la que hay registros. Platón, en su obra La República (siglo IV a.C.), ya habla de la ECM de Er (un guerrero de Panfilia caído en batalla).
2) Médiums: son personas que tienen la capacidad de contactar con espíritus u otras entidades no visibles, como ángeles o demonios, y así hacer de puente entre las diferentes dimensiones.
Su objetivo es facilitar la comunicación, dado que estas personas pueden, entre otras varias opciones, escuchar y así transmitir mensajes provenientes del Más Allá.
Documentos históricos hablan de la mediumnidad ya a principios del siglo XVIII, la misma se popularizó durante el siglo XIX.
Se podría considerar también la regresión a vidas pasadas, que es una técnica que utiliza la hipnosis o estados alterados de consciencia para recuperar recuerdos de encarnaciones anteriores.
No obstante, los datos que esta suele aportar con respecto al espacio entre vidas (nombre que reciben los momentos en los que el alma se encuentra entre una encarnación y otra), no suelen ser tan completos y detallados como los que se obtienen mediante las otras dos opciones previamente citadas.
El momento de partir
Al acercarse el instante de una inevitable muerte ocurren una serie de acontecimientos que se vienen repitiendo por todo el mundo a lo largo de la historia, y que las personas que experimentan una EUM (experiencia en el umbral de la muerte) relatan de manera habitual.
Momentos antes, o inclusive días antes de morir, se les suelen presentar entidades que solo ellos perciben (en ocasiones es en sueños); generalmente, aunque no siempre, se trata de seres amados que ya han fallecido (como lo relata, desde su experiencia, la Dra. Elisabeth Kübler Ross en su libro La muerte: un amanecer).
La situación que se genera es siempre de tranquilidad o alegría para el moribundo.
Es frecuente que la persona hable en voz alta con ellos (lo cual puede ser atestiguado por otras personas).
A veces, estos seres los preparan para un inminente viaje.
Es de notar que hay pacientes con padecimientos degenerativos del sistema nervioso (como, por ejemplo, la enfermedad de Alzheimer) en estado avanzado, que en esas situaciones recuperan la lucidez de una manera espontánea (fenómeno ampliamente conocido y documentado en el ambiente médico como lucidez terminal). Eso, lejos de ser el indicio de una “recuperación milagrosa”, es una prueba más de que la conciencia no reside en el cerebro (ya que el mismo se encuentra físicamente dañado como para estar en un estado lúcido) sino que esta se encuentra en el alma; y todo el evento se trata más bien del digno preámbulo de una despedida. Esos pacientes mueren al poco tiempo.
Qué ocurre durante una ECM.
Puede ser por un accidente, una intervención médica o cualquier otra circunstancia de la vida, pero el corazón en algún instante se detiene y, como consecuencia de la interrupción del flujo sanguíneo, a los 20 segundos (como máximo) cesa toda la actividad eléctrica del cerebro (datos que han sido medidos de manera precisa mediante ECG, electrocardiograma, y EEG, electroencefalograma, simultáneos; información mostrada por el Dr. Pim Van Lommel durante la conferencia dada en el Colegio de Médicos de la ciudad de Barcelona, España, el 27 de octubre de 2021).
De ese modo, el cuerpo se encuentra ya clínicamente muerto y el alma se desprende de él (cabe aclarar que no siempre el alma aguarda al momento exacto de la muerte clínica para abandonar el cuerpo, esta suele separarse en instantes previos, evitándose de ese modo el clímax del sufrimiento físico).
La primera sensación que observa el individuo a partir de ese instante es el estar flotando por sobre su propio cuerpo (la salida es tan sutil, suave y rápida que se torna imperceptible; de hecho, hay personas que en esa situación no reconocen de inmediato que el cuerpo que están viendo por debajo es el suyo).
No existen, a partir de entonces, ni dolor ni incomodidad alguna, todas esas sensaciones se han quedado en el cuerpo orgánico y ya no se perciben en absoluto.
En el caso de las discapacidades físicas (incluidas las mentales) estas desaparecen por completo; hay testimonios de personas ciegas de nacimiento que en ese momento experimentan lo que es el poder ver por primera vez en su vida (las pruebas demuestran que cuando estas personas sueñan, no ven; sin embargo, en la ECM, suelen ver; según los datos de un estudio dirigido por el profesor Kenneth Ring en la Universidad de Connecticut, Estados Unidos, en la década de 1990).
Son comunes los relatos de operaciones en hospitales en los cuales el paciente “ve y escucha” con detalle al personal médico que lo atiende (obviamente, todas estas percepciones no suceden a través de los sentidos orgánicos, dado que el cerebro no tiene actividad y no puede procesar información sensorial, sino que son a consecuencia del enlace que existe entre el alma y toda la existencia, al mismo tiempo, el hecho de que estos datos, verificados exhaustivamente, sean luego recordados reafirma que la conciencia, y ahora se agrega la memoria, residen en el alma).
Al desprenderse del cuerpo, esta nueva forma de estar se siente muy liviana y, en ese momento, el pensamiento se convierte en la manera de moverse; por ejemplo: de estar lejos, el simple hecho de pensar en su casa traslada al alma hacia allí de una manera instantánea, sin importar la distancia a la que se encuentre de esta (podría estar hasta en otro continente y eso sería indistinto según la información verificada de lo afirmado por testigos).
La comunicación con las personas que se hallan encarnadas es, en general, algo inútil, aunque, en ciertos casos, las que tienen una mayor sensibilidad o que son personalmente más cercanas a quien experimenta la ECM pueden llegar a mostrar algún tipo de reacción ante el intento.
A los pocos segundos de encontrarse en ese estado extracorpóreo comienza el verdadero viaje del alma por el Más Allá (un punto a tener en cuenta es que lo que se experimentará a partir de ese momento pasará a ser algo carente de tiempo, dado que el tiempo no existe en ese plano).
Lo más frecuente es encontrarse, de manera repentina, en medio de un ambiente idílico, en el cual la sensación que impera es de un profundo amor, sumado a una paz y tranquilidad como jamás se ha sentido antes.
El paisaje suele ser algún tipo de entorno natural, son comunes los parques con flores, siempre de una belleza extrema.
Todos los sentidos se encuentran exacerbados, haciendo que esa experiencia se perciba como algo más real que nunca.
La vista, en particular, muestra a veces una capacidad de percepción de 360º (lo cual avala el que los sentidos del alma sin un cuerpo físico provienen de su conexión con todo). Los colores son, asimismo, en extremo vívidos.
También los sonidos suelen ser exquisitos, tanto, que la persona suele tener problemas para describirlos (y en ciertas ocasiones lo hacen valiéndose de ejemplos propios de la sinestecia, que es una variación de la percepción humana en la cual, a modo de ejemplos: se pueden ver los sonidos, oler los colores y hasta saborear las formas).
Además, las fragancias se perciben de una manera extrema, como jamás antes se había hecho al estar en el cuerpo físico.
Puede o no haber otros seres; y de haberlos, normalmente visten de blanco; puede o no vérseles el rostro, aunque siempre se les reconoce cuando se trata de un familiar o amigo fallecido (esto es debido a la especial conexión existente entre las almas), de hecho, hay personas que en ese momento recién se enteran de un allegado que ha muerto sin ellos haberlo sabido previamente (cosa que siempre confirman luego de ser resucitados).
También se puede constatar la presencia de seres superiores, de un mayor nivel evolutivo (que serían como guías o maestros, de acuerdo a las creencias religiosas pueden ser vistos como ángeles o figuras de una enorme relevancia, como la Virgen María o Jesucristo).
En esos hermosos parajes suele haber algún tipo de elemento que marca claramente un lugar de paso, que es un punto del cual no hay retorno; puede ser una gran puerta, un arco, un río, etc. Ese elemento siempre destaca por sobre lo demás.
Y lo que hay más allá de ese punto es algo en extremo atractivo, el alma siente un deseo muy intenso de ir hacia allí.
No obstante, lo que también hay es un guardián, que no la dejará pasar bajo ningún motivo... por más que esta se lo suplique.
Ese custodio se percibe casi siempre como un ser de gran poder y autoridad, y al mismo tiempo como compasivo y amoroso (una vez más, las creencias religiosas podrían entrar en juego aquí, o hasta podría llegar a tratarse de algún ser querido ya fallecido).
Y el motivo que argumenta para no dejar cruzar ese umbral es siempre el mismo: “aún no es tu tiempo, te quedan cosas por hacer en la vida” (de ese modo deja muy claro que de atravesar por ese lugar no habría ya una vuelta atrás).
Durante todo esto puede ocurrir que, en algún momento, se haga una revisión de vida, lo cual es el ver lo vivido como si se tratara de una película a gran velocidad, pero entendiéndolo todo desde un punto de vista ajeno al propio, con una absoluta imparcialidad (así, eso le da al alma una cabal comprensión de los actos realizados).
Hay muchas ECMs (probablemente las más popularizadas y que a veces se entremezclan con lo ya descripto) en las que el individuo se desplaza a través de un largo túnel a gran velocidad (puede ver su vida pasar en ese instante, o no). Al final de dicho túnel se encuentra siempre una luz, y es ahí en donde suele aparecer el ser que le impide proseguir, regresándolo de inmediato.
Acto seguido, el alma es devuelta a su cuerpo físico...
El momento del reingreso es totalmente lo opuesto a la salida, en el sentido de que es un evento: incómodo, desagradable y muy doloroso.
La ECM ha finalizado, pero sus consecuencias aún no.
A veces, se han reportado posteriores curaciones de tipo milagrosas, inexplicables para la medicina, tales como remisiones de cánceres o la recuperación de funciones orgánicas severamente dañadas (así lo cuenta el Dr. Patrick Theillier, responsable del Departamento de Constataciones Médicas del Santuario de Lourdes entre los años 1998 a 2009, en su libro Experiencias cercanas a la muerte).
Es normal que, a partir de entonces, la persona sufra un cambio dramático en su manera de ver y vivir la vida. Esta, se suele volcar de lleno a la espiritualidad, haciendo a un lado el materialismo, también pierde por completo el natural temor a la muerte (dado que ya no se la considera como el final de la existencia y se la ve como el paso a una mejor vida).
Todos estos cambios tan abruptos, permanentes y repetidos a nivel mundial, sin importar cual sea la cultura o posición social de la persona que los experimenta, son una demostración más de que las ECMs no tienen nada que ver con las alucinaciones, lo cual es un hecho que afirma la psicología, avalándolas, (además de las fuentes citadas el resto de la información de este capítulo ha sido ampliamente documentada por una gran cantidad de investigadores, muchos de ellos reputados profesionales doctorados en el ámbito de la salud, y se puede encontrar en los libros que han escrito; por citar solo algunos: Vida después de la vida del Dr. Raymond Moody, Vida antes de la vida del Dr. Jim B. Tucker, El viaje de las almas del Dr. Michael Newton, La prueba del cielo del Dr. Eben Alexander y El cielo es real de Todd Burpo con Lynn Vincent... y hay muchos más).
La luz y lo divino
Habiendo agotado ya la mayor parte de la información que pueden brindarnos los testigos de las ECMs acerca de lo que ocurre luego de morir, debemos enfocarnos ahora en lo transmitido a través de médiums por vía de las canalizaciones (las cuales son el contacto con seres que se encuentran en el Más Allá).
Cabe destacar que la información suministrada que figura a partir de este punto ha sido brindada de manera intencional por esas entidades desencarnadas para una mejor comprensión de lo que allí sucede, y con la única finalidad de generar un consecuente avance en el despertar espiritual de quién la reciba (se expondrán datos que, entre otras varias fuentes, fueron plasmados por el médium Francisco Cándido Xavier en su libro Nuestro hogar, la escritora Helen Greaves en su libro Testimonio de luz y la médium Carmen de Sayve en sus libros Una puerta hacia la luz (con la colaboración de Jocelyn Arellano) y Despertar al infinito).
El Astral.
El plano en el cual el alma se encuentra dentro de un cuerpo físico es el plano material, es decir, el plano en el cual transcurre la experiencia de la vida entre el nacimiento y la muerte.
Ahora bien, el plano inmaterial que existe junto al plano material recibe el nombre de: plano astral.
-Plano material (es el plano de la vida encarnada).
-Plano astral (es el Más Allá, plano de la existencia desencarnada).
Dado que en el Astral se ha ingresado a una zona en la cual el tiempo deja de tener significado, lo experimentado sucede todo en un único momento, en lo que se suele llamar el eterno presente, que es la única unidad temporal del Más Allá (a partir de ahí es imposible hacer una correlación directa de eventos con el plano material, esto implica que lo que ocurra en el plano astral podría durar cualquier tiempo si se lo percibiera desde el plano material).
Algo a tener en cuenta es que los pensamientos forman el espacio físico en el Astral, es decir, todo lo que es tangible (pudiendo haber, por ejemplo, montañas, ríos, terrenos, etc., como así también casas y demás estructuras manofacturadas); de ese modo, el pensamiento y la realidad se hallan estrechamente relacionados; es importante destacar que esos pensamientos provienen, en su mayor parte, del conjunto de almas que allí se encuentran (es una experiencia colectiva).
El plano astral se puede dividir en tres grandes secciones, las cuales están separadas por su frecuencia vibratoria y su densidad.
De ese modo, estaría el Bajo astral, el Medio astral y el Alto astral.
El plano astral consta de tres partes:
-Bajo astral (son esferas de estancamiento para las almas).
-Medio astral (son esferas de aprendizaje para las almas).
-Alto astral (son esferas de evolución para las almas).
El Bajo astral es la zona con menor frecuencia vibratoria y mayor densidad de las tres (es el lugar en el cual se encuentran los seres con un menor nivel de aprendizaje), el Alto astral es todo lo opuesto, es decir, la zona con mayor frecuencia vibratoria y menor densidad (además es el lugar en el cual se encuentran los seres que han adquirido un mayor nivel de aprendizaje), el Medio astral se ubica entre ambos espacios y tiene características intermedias.
Al momento de morir el alma llegará al punto del Astral que le corresponda de acuerdo a su nivel de aprendizaje. Esto quiere decir que un alma podría quedarse en el Bajo astral, si esta no ha aprendido lo suficiente, o alcanzar el Alto astral, en el caso totalmente opuesto..., aunque, lo más frecuente, es llegar hasta el Medio astral.
El Bajo astral.
Esta parte del Astral es una zona lúgubre de poca o nula luz, una zona de tinieblas en la cual los sentimientos que se perciben son de tristeza y desánimo, no obstante, en sus niveles más bajos (los de menor vibración y más densos de todos) es aún mucho peor, ya que en ellos imperan el odio y el miedo.
Existen paisajes y construcciones acordes con el tipo de conciencias que allí se encuentran concentradas (cabe recordar en este punto que el pensamiento es lo que forma la realidad en el Astral, lo cual implica que el aspecto de todo lo que exista en esa zona será decadente o aterrador).
Si se le buscara un equivalente religioso, el Bajo astral sería tanto el Purgatorio como el Infierno de la teología católica.
El Bajo astral tiene entonces dos niveles:
-“Purgatorio” (es una zona gris y depresiva).
-“Infierno” (es una zona violenta y aterradora, y es el punto de menor frecuencia vibratoria y mayor densidad dentro del Astral).
Hay almas que al morir se quedan aquí por el hecho de no creer en una existencia posterior a la muerte, o por estar muy apegadas a las pertenencias de sus vidas, sus carreras profesionales o sus afectos; todos elementos que dejaron atrás al morir, en el plano material.
Estas almas solo perciben un lugar oscuro y frío, o suelen volver al plano material (que es en dónde siguen enfocados sus pensamientos), a lo que tenían en sus vidas (dando así origen, a veces, a fenómenos paranormales), y de ese modo podrían pasar años o hasta siglos si no cambian su manera de pensar (hay que insistir en que es su estado emocional y mental lo que las retiene allí atrapadas).
Otros casos de almas que permanecen en esta sección son las de personas que han muerto y, por algún motivo, no lo han advertido (se encuentran confundidas, están perdidas), así como las que sienten una gran culpa y no se perdonan algo, autocastigándose (lo cual suele pasar en los casos de suicidas).
Queda así muy clara la gran importancia que tiene el fallecer en la mayor paz y tranquilidad posible, y sin que queden asuntos de gran importancia pendientes en la vida.
Dadas las condiciones citadas, es muy difícil para un alma el poder elevar su frecuencia vibratoria lo suficiente como para lograr salir del Bajo astral.
No obstante, desde las secciones superiores siempre hay otras almas más avanzadas que tratan de ayudar de distintas formas a las que se quedan atoradas en el Bajo astral (utilizan mensajes telepáticos, aconsejándolas, y hasta llegan a realizar incursiones presenciales, ya que las almas de un mayor nivel evolutivo pueden bajar de manera momentánea su frecuencia vibratoria y acceder así a esas esferas), y lo hacen siempre instándolas a buscar algo que es FUNDAMENTAL para poder salir del Bajo astral, y eso es: la luz.
¿Qué es la luz?
Hay que aclarar que el concepto de luz en el Más Allá es muchísimo más amplio e importante que el dado en el plano material (en el cual lo más semejante sería la llamada iluminación espiritual).
Lo que se denomina luz en el plano inmaterial (que es solo un aspecto de lo que se percibe como tal) es en realidad la presencia de lo divino. Esta presencia se manifiesta como paz, amor, felicidad o sentido de unidad con el universo; y el alma, de manera natural, tiende en todo momento a ir hacia ella y así acercársele tanto como pueda.
De ese modo, las esferas con más divinidad (o sea, cercanía a la fuente creadora, a Dios), así como los seres que son de un mayor nivel evolutivo, se perciben siempre con una creciente luminosidad.
Regresando ahora con el alma atrapada en el Bajo astral; en cuanto la susodicha manifiesta su intensión de ver la luz, por más mínima que esta sea, la verá (y el tamaño de la misma será proporcional a la intensidad de su deseo).
Al momento de ver la luz también sentirá el indescriptible conjunto de emociones positivas que emanan de ella, y una sensación de que ese es su verdadero hogar: el lugar al que toda alma pertenece, y se habrá desencadenado un proceso irreversible.
RECUERDA: si en algún momento de tu existencia (el que sea, ya que podrías estar muerto sin haberlo advertido) ves solamente oscuridad a tu alrededor y sientes frío, DEBES MANIFESTAR TU INTENCIÓN DE VER LUZ, házlo con sinceridad e insiste hasta lograrlo, no tendrás nada que perder y mucho por ganar.
La atracción es inmediata y el deseo crece de una manera súbita, expandiéndose así la fuente de luz y permitiéndole a ese alma avanzar directamente hacia el Medio astral, su siguiente paso.
El Medio astral.
Esta sección del astral también se podría dividir en dos áreas, las cuales se encuentran claramente diferenciadas, principalmente, por sus funciones y la frecuencia vibratoria mínima necesaria para permanecer en cada una de ellas.
El Medio astral tendría así dos áreas:
-Llegada y adaptación (es el lugar de menor frecuencia vibratoria requerida).
-Aprendizaje y preparación (es el lugar en donde se necesita de una mayor frecuencia vibratoria).
La llegada a esta zona es siempre de dicha y júbilo.
El casi indescriptible amor, la contención y la tranquilidad presentes son exponencialmente mayores en intensidad a cualquier otra emoción similar previamente experimentada en el plano material.
Al arribar lo más frecuente es el hallarse con seres amados previamente fallecidos (familiares y buenos amigos), algunos de ellos conocidos en esa última vida y otros no, que se han acercado para recibir al alma recién llegada.
En todos los casos, el alma suele percibir de quienes se trata (cabe recordar la conexión del alma con todo), a pesar de que estas otras almas suelen adoptar como aspecto el que tendrían en la plenitud de sus vidas, es decir: los niños se vuelven adultos jóvenes y los ancianos rejuvenecen de igual manera.
También hay presentes allí ciertas almas que se encuentran especialmente para orientar y conducir a las recién llegadas en todo momento (brindando este servicio consiguen ir elevando de a poco su frecuencia vibratoria).
Luego de esa recepción, el alma será sometida, de una manera ineludible, a su revisión de vida.
Percibirá entonces todos y cada uno de los pasajes correspondientes a la vida que acaba de terminar, experimentando lo que provocó en otras almas encarnadas tal y como si fuera cada una de ellas: el placer lo percibirá como placer y el dolor como dolor (de ahí la gran importancia que tiene cada acto en la vida... y, más aún, cuando se afecta a muchas personas, dado que este se percibirá desde el punto de vista de todas, multiplicándose).
Durante esta revisión el alma siempre se encuentra acompañada por un ser superior, de una gran evolución, que la ayuda a asumir de manera correcta las consecuencias de sus actos.
Es justamente en este punto en donde algunas almas pueden sufrir un daño mayor o tremendo (proporcional a todo el que causaron), y este se termina sumando a cualquier otro daño que pudieran, o no, acarrear de lo ya vivido.
Aprendizaje y evolución
En este punto, y antes de continuar, hay que aclarar que el alma es una estructura compleja, con diversas capacidades y partes.
Solo cabe señalar que el daño que sufre el alma, como consecuencia de lo que ha vivido al estar encarnada (enfermedades o daños físicos y mentales de cualquier índole) y la posterior revisión de vida, se enfoca en dos de sus partes, a saber: la emocional y la mental.
Lo cual, si sus lesiones son significativas, la conducen a unos lugares muy específicos dentro del Medio astral.
Las casas de acogida.
Un alma herida no puede continuar con su camino hasta estar en las condiciones adecuadas para poder hacerlo, necesita ser previamente sanada.
En el Medio astral existen unos lugares que funcionan para tal fin. Se trata, en aspecto y función, de auténticos sitios de reposo, en donde las almas son asistidas por otras almas que las ayudan entregándoles parte de su luz (por este servicio que estas almas brindan, ayudando a otras, elevan su frecuencia vibratoria).
No obstante y a pesar de lo anterior, las almas con un mayor grado de daño quedan sumidas en un sueño reparador.
Dada la carencia de tiempo, la duración de estos procesos no se pueden determinar, lo más adecuado es decir que en ambos casos son procedimientos cuya finalización dependerá del grado de daño que tenga el alma en cuestión.
El nivel de la ilusión.
Una vez que el alma se encuentra lista para proseguir ya puede comenzar a volver a practicar sus capacidades naturales (dado que desde el momento en el que encarnó por última vez estas fueron poco o nada utilizadas), con énfasis en el poder que tiene de crear cosas con el pensamiento.
El objetivo que se busca aquí es que el alma se readapte a su actual realidad, y además que se deshaga de todo deseo insatisfecho que tuviera en vida, con el consiguiente desapego a lo material.
De este modo, podría llegar a recrear su vida entera de una manera ideal, si eso le place, y continuar así hasta que ya no sienta ninguna necesidad de hacerlo y sus deseos sean reemplazados, finalmente, por el único deseo de continuar con su aprendizaje y posterior evolución...
En ese punto ya habría logrado elevar lo suficiente su frecuencia vibratoria, y eso le permitiría incursionar en la siguiente área en la cual continuará con su aprendizaje y preparación.
Las familias de almas.
Antes de proseguir, es conveniente aclarar que las almas no suelen encarnar solas, lo hacen en grupos. Estos grupos funcionan como auténticas familias de almas que, en general, han compartido otras existencias durante encarnaciones previas.
Cuando lo han hecho, han intercambiado sus roles en diferentes vidas (por ejemplo: turnándose para ser hijos, padres o abuelos... o simplemente amigos), siempre con la única finalidad de evolucionar y hacer evolucionar a las otras almas de su grupo.
Al abandonar el área anterior el alma avanza hacia otra en la que se encuentra con su familia de almas, sus almas afines.
Su experiencia se multiplica al poder compartir todo lo aprendido con esas otras almas. Comprende también si logró, o no, alcanzar los objetivos que se había propuesto para la vida recién terminada, además ve sus carencias y lo que aún le falta por aprender y mejorar de si.
Aquí hay también academias de aprendizaje en donde se enseñan (o mejor dicho se recuerdan) diferentes cosas, como el funcionamiento de la creación o las leyes cósmicas (por ejemplo, el exacto mecanismo de la reencarnación y el por qué de sus aspectos, como el olvido de todo al nacer).
Y, básicamente, el alma tendrá entonces dos opciones para poder continuar su camino:
1) Puede elegir colaborar con las almas recién llegadas al Astral. Esto podría ser ayudándolas a adaptarse, dirigiéndolas hacia donde les corresponda ir o curándolas en las casas de acogida, hasta inclusive rescatándolas de los niveles superiores del Bajo astral (niveles de “Purgatorio”), tarea que de hacerse, siempre se realiza en compañía de guías espirituales (que son almas muy evolucionadas provenientes del Alto astral), esto es porque se vuelve necesario bajar mucho la frecuencia vibratoria para acceder a esa sección del Astral, y eso conlleva un gran esfuerzo.
2) Puede elegir la reencarnación, que es la opción más compleja y que mejores resultados brinda (esto es por los obstáculos a superar en la vida que permiten un aprendizaje más rápido), ya que la misma trabaja mediante los opuestos (por citar a modo de ejemplo: experimentando el desamor es como mejor se aprecia lo que es el amor).
En el caso de elegir esta segunda opción se cuenta con la presencia de guías espirituales que ayudan a planificar la reencarnación hasta sus más mínimos detalles, y eso se hace de manera coordinada con las almas que encarnarán en la misma familia y sus allegados, siempre pensando en una evolución conjunta de todas (es una tarea muy compleja que demanda una ardua preparación).
A medida que este ciclo continúa, el alma finalmente llega a un punto en el que ni el servicio a otras almas ni la reencarnación le permiten el seguir aprendiendo cosas.
Es así que esta pasa a la siguiente y última gran sección.
El Alto astral
Este es un plano mayormente de evolución (aunque también hay aprendizaje) en el cual, las almas que llegan, al principio se preparan para ser guías espirituales (primero de las almas encarnadas y luego de las desencarnadas) y una vez que se encuentran listas comienzan a actuar de diferentes maneras:
Pueden dedicarse al servicio intentando rescatar a las almas del Bajo astral (llegando a aventurarse hasta los niveles inferiores, los más difíciles de todos, los del “Infierno”).
O servir como guías de otras almas en el Medio astral, ayudándolas en sus tomas de decisiones. En estos casos, primero se les asigna un alma individual para conducir, y más adelante, a todo un grupo, al que asistirán en lo que fuera necesario (como, por dar un ejemplo, en la planificación de reencarnaciones).
También podrían intervenir en la misma realidad del plano material, procediendo a organizar su funcionamiento y propiciando distintas circunstancias (dándose así las sincronicidades, que normalmente son interpretadas como casualidades) que sirvan para corregir desviaciones en las actitudes de las almas encarnadas, acercándolas de ese modo a la iluminación (es decir, a un despertar espiritual).
E inclusive ir todavía mucho más lejos... y directamente regresar de una manera física al plano material, volviendo así a encarnar para obrar en esa vida como maestros espirituales (una vez más, esta manera sigue siendo la más difícil y la que mayor avance brinda al alma que la elige, debido a las múltiples adversidades a las que esta se enfrentará).
Datos finales...
Quedan aún unos puntos fundamentales que resulta interesante tratar brevemente dado que complementan la información vertida en esta obra y servirán para una mejor y más detallada comprensión de lo informado.
El origen de las almas.
Como ya se mencionó con anterioridad, el alma es una estructura, la cual es, en realidad, un vehículo para el espíritu (de manera similar a como el cuerpo físico es un vehículo para el alma).
Espíritu > Alma > Cuerpo físico.
Entonces, ¿qué es el espíritu? Pues, el espíritu es una parte directa de Dios (a veces se le llama chispa divina), la cual Él mismo ha decidido desprender de si para crear, de ese modo, una nueva entidad.
Dios genera así seres que son diferentes y que cumplirán con diversas funciones (los ángeles, por ejemplo).
Es de destacar que el espíritu en cuestión puede elegir con total libertad si realizará esa función o no, y así optar por otra (el libre albedrío de todos es algo fundamental que se encuentra presente desde el principio).
En el caso de las entidades evolutivas (como las almas de los seres humanos) tienen como misión el aprender para evolucionar y regresar.
De ese modo, en su camino se van acercando de manera inexorable a su fuente creadora: Dios, con quien finalmente se funden, volviendo a formar parte de él (pero siempre sin perder su individualidad).
Anatomía del alma y su camino.
Para su evolución el espíritu necesita obligatoriamente de un alma, y esta se encuentra formada, de manera básica, por tres capas que son fundamentales (cada una de ellas recubre a la anterior), las mismas son en orden: la mental, la emocional y la energética.
El alma tiene tres partes:
-La capa mental (es la más cercana al espíritu e interactúa con los pensamientos).
-La capa emocional (interactúa con las emociones).
-La capa energética (es necesaria para estar en un cuerpo físico).
A medida que progresa el camino evolutivo del espíritu, su alma se va desprendiendo paulatinamente de las capas que ya no necesita. De ese modo pierde, primero, la energética (esto es cuando ya no requiere reencarnar), luego, la emocional (porque se ha librado de todo aquel sentimiento que entre en conflicto con el amor), y finalmente, la mental (ya que se une nuevamente a Dios, que lo es todo).
Unas reflexiones.
Antes de despedirme, quiero que pienses en tres cosas:
1) Que nunca estás solo, ten por seguro que desde el Más Allá hay muchos que están contigo.
2) Que todos, absolutamente todos los seres vivos, nos encontramos unidos, y el amor o el daño que le provoques a otro ser, lo sentirás de igual modo.
3) Que cada uno de nosotros tenemos un plan de vida y es mejor cumplirlo, ya que es en él donde están todos los motivos, tanto los placenteros como los dolorosos, de la actual vida (así que aprovecha siempre tus dones, que para eso los elegiste antes de venir a vivir esta experiencia, y aunque no creas que sean tu destino, que al menos sean tu brújula hacia él).
¡Mucha suerte!, y nos vemos...
FIN
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